viernes, 18 de septiembre de 2009


Tengo siete lenguas en este momento, aun así, digo poco.

Tres de ellas casi siempre hablan de vos.

Las guardo cuidadosamente una por una durante las noches, que suelen presentarse peligrosas - estos dientes no saben distinguir -
Una de esas tres para quienes eres alimento, es mi preferida y es blanca. Ella te devora con tal pasión que me sorprende no haberla lastimado aun.

Muchas veces no manejo la situación y se aligeran y arrancan - los destrozos son alucinantes -. Una vez pasado el efecto, si me pinto un dedo de rojo seguro se calman.

La mas inmortal de mis lenguas (que intenta matarme todavía) esta metida siempre en alguna cavidad donde seguro, yo, no podré encontrarla.

La que prefiero te prefiere, pero sabe ella que ni si quiera tu saliva le corresponde, que tus glándulas buscaran otras y que por dicha serán mas oscuras

La séptima de mis lenguas esta enferma, dicen los médicos que es incurable (pero ellos nunca la vieron). Esta lengua enferma es la mas histérica y se que después de esta no hay otra.

- con ellas esta boca es un cuerpo muerto -

He visto y sufrido muchas veces la suerte de sus enredos, esas danzas son incapaces de fallar.

La noche es mas espesa si no avanzan, entonces mis sueños son su pretensión y así los pasos son enormes.

Se que no llego a ser ni un esbozo para su hambre. Soy una bestia indefinida que debe llenar siete platos. Tres de ellos implican un crimen.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Tango doblado
Tango doblado

Estas sentada sobre mis piernas hablando como si nada, mientras el me mira

-y el, mira mal-.
Vos hablas como si nada y sus ojos son un demonio; me alejan de vos, y encima mis demonios!
Por momentos -si podes- vos me apretás el cuerpo entero, te enroscas. yo me caigo. Es increíble verte ahí después de tantos vueltos y es increíble también que aun espero
-Hay cuestiones que se pierden en el tiempo, estoy seguro! y mas afirmo que no sos vos-

Ya te he borrado, te he explicado.

Ya te he doblado y sin embargo en ambos lados no supiste que hacer. Un hombro tuve que robar casi estrepitosamente para verte amanecer y no perderme, eso, me coloca justo entre tus piernas.